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sábado, 29 de octubre de 2016

Síndrome de Gilles de la Tourette: dificultades escolares asociadas

Los estudiantes afectados con Síndrome de Tourette necesitan un apoyo escolar específico. Para ello tanto los padres como los profesionales de la educación, tienen que estar debidamente informados sobre el modo en que los tics y otros síntomas del síndrome pueden afectar al rendimiento y comportamiento de un alumno.

Según la severidad de los tics y la actitud ante ellos de los profesores, alumnos y hasta de él mismo, pueden verse afectadas las relaciones sociales, emocionales y académicas.
El síndrome de Tourette puede afectar de muchas maneras el aprendizaje escolar,tanto de manera positiva (mayor creatividad) como negativa (mayor falta de atención).
Si los problemas de aprendizaje son leves, éstos pueden superarse mediante apoyos en clase o pequeñas adaptaciones, pero si estamos ante un caso grave de tics, se pueden precisar programas e intervenciones curriculares especialmente adaptadas.
A partir de la adolescencia (donde se alcanzan los niveles más críticos) suelen disminuir los problemas de aprendizaje gracias a las ayudas proporcionadas y las adaptaciones logradas.

Los esfuerzos de los niños por controlar sus tics pueden hacer que sus capacidades de concentración y atención disminuyan notablemente. Los tics afectan a casi todas las áreas del aprendizaje. Esta síndrome puede estar asociado al TDA e hiperactividad; en muchos casos, este trastorno aparece antes que los tics.. También puede estar asociado al trastorno obsesivo-compulsivo, que también influye mucho en la capacidad de concentración, debido a que genera estrés  y ansiedad. Otro trastorno al que se asocia es la depresión y, en general, a los trastornos de estado de ánimo.


Síndrome de Gilles de la Tourette: trastornos asociados y tratamiento

Uno de lo mayores y principales problemas que acarrea el síndrome de Tourette, a parte de los propios tics que lo definen, son todos los trastornos asociados que aparecen a raíz de la enfermedad.

Especialmente en los niños con síndrome de Tourette complicaciones como la falta de atención, la hiperactividad, la impulsividad o los problemas a la hora de leer y escribir suponen grandes alteraciones en su vida diaria y en su manera de relacionarse con otros niños.
Además de estos trastornos también se puede dar un TOC (trastorno obsesivo compulsivo), aunque este podría llegar a ser incluso considerado como parte de la causa de la enfermedad.

Problemas como depresión, ansiedad o incluso autismo pueden estar asociados a este síndrome, pero no está demostrado que deriven directamente del mismo.

Los tratamientos existentes contra esta enfermedad está dirigidos a aquellas personas cuyos tics afectan a su funcionalidad y vida diaria. No llegan a eliminar los síntomas, sino que puede hacer que sean más leves. Todos los fármacos empleados contra este síndrome tienen efectos secundarios (somnolencia, aumento de peso y embotamiento cognitivo).
Los medicamentos más usados por las personas con síndrome de Tourette son los neurolépticos (haloperidol y pimozide), pero también pueden surtir efecto los agonistas alfa-adrenérgicos (clomidina y guanfacina).

Otro factor importante, como se menciona al final de este vídeo, es la psicoterapia y la conscienciación y entrenamiento de la familia del enfermo.