martes, 15 de noviembre de 2016

Síndorme de Horner: neuroanatomía

Como en casi la mayoría de las enfermedades, en el síndrome de Horner hay que establecer primero la localización anatómica del trastorno, para después plantear los posibles diagnósticos diferenciales etiológicos. 
El síndrome de Horner puede ser producido por una lesión en cualquier punto de la vía simpática que inerva la cabeza, el ojo y el cuello. Para levar a cabo un análisis razonado y lógico, debemos tener claro primero, la neuroanatomía de la vía simpática mencionada.
Esta vía simpática comprende tres neuronas, la primera de las cuales está ubicada en el hipotálamo.

La primera neurona de la vía proyecta sus axones desde el hipotálamo hasta la primera sinapsis (segunda neurona de la vía), localizada en la médula cervical (nivel C8-T2), en el llamado centro cilio-espinal de Budge.
La segunda neurona, proyecta sus axones, que viajan por la cadena simpática hasta alcanzar la tercera neurona en el ganglio cervical superior, localizado a nivel del ángulo mandibular, y cercano a la bifurcación de la arteria carótida primitiva.
La tercera neurona proyecta entonces sus axones en dirección ascendente,a través de la adventicia de la arteria carótida interna, que penetrando el cráneo, pasa a través del seno cavernoso, donde está en cercana relación al VI par craneal. La vía óculo-simpática entonces se une a la rama oftálmica del trigémino (V par). En la órbita, y en el ojo, las fibras simpáticas inervan el músculo dilatador del iris, así como el músculo de Müller, que es un pequeño músculo liso en el párpado, responsable en grado menor de la elevación del párpado superior, y en grado menor aún, de la retracción del párpado inferior.


Para más información: www.elrincondelamedicinainterna.com

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