martes, 15 de noviembre de 2016

Síndrome de Horner: diagnóstico

Como ya se ha mencionado en entradas anteriores el diagnóstico de una enfermedad se basa en la historia clínica y en la exploración física a las que se añaden pruebas complementarias.

En el caso del síndrome de Horner la prueba complementaria principal es la de la dilatación de la pupila. Se administran unas gotas de un medicamento que obligan a la pupila a dilatarse. Según como se dilate la pupila del paciente, más lenta o rápidamente, se determinará si padece o no la enfermedad. Un paciente dará positivo en esta prueba para el síndrome de Horner si su pupila se dilata de manera más lenta que lo normal.
Además en esta prueba se puede determina la zona donde se encuentra la afectación de la vía simpática. Esto es muy importante, ya que los distintos tratamientos dependen de la zona afectada.

Una vez determinado el diagnóstico se pueden realizar diversas pruebas con el objetivo de encontrar la causa del síndrome en ese paciente:


  • Radiografía de tórax, para encontrar posibles tumores que afecten a los nervios de la cara.
  • Resonancia magnética (MRI) de cabeza, cuelo y pecho para encontrar tumores, disecciones de la arteria carótida o derrames cerebrales.
  • Análisis de sangre.
  • Análisis de orina.


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