Los síntomas son diversos, y afectan con mayor frecuencia a la piel donde produce púrpura palpable de distribución característica, más intensa en las nalgas y en las extremidades inferiores. También dolores abdominales. Mientras que en adultos la afectación de otros órganos no es común, ésta si se da frecuentemente en niños. El enrojeciemiento de la piel se presenta en todos los casos, dolores articulares y artritis en el 80% y dolor abdominal en el 62%. Algunos casos incluyen la hemorragia gastrointestinal como un cuarto criterio: esto ocurre en el 33% de los casos.
La púrpura típicamente aparece en las piernas y nalgas, pero puede llegar a verse también en los brazos, cara y tronco.
El dolor abdominal es generado por el cólico, y puede estar acompañado de náuseas, vómito, constipación o diarrea. Puede haber rastros de sangre o moco en las heces. Las manifestaciones grastointestinales se deben a la vascularización en ese territorio con la aparición de edema en la pared intestinal.
Las articulaciones involucradas tieenden a ser los tobillos, rodillas y codos, pero la artritis en las manos y pies es posible; la artritis es no erosiva y por tanto no causa deformidad permanente.
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