El síndrome puede estar ligado a problemas en ciertas zonas del cerebro. Es posible que tenga que ver con sustancias químicas que ayudan a las neuronas a comunicarse entre sí.
El síndrome de Tourette puede ser grave o leve. Muchas personas con tics muy leves pueden no ser conscientes de ellos y nunca buscan atención médica. Muchas menos personas tienen formas más graves del síndrome de Tourette.
La probabilidad de que este sínfrome ocurra es cuatro veces mayor en niños que en niñas.
Los síntomas del síndrome de Tourette con frecuencia se notan primero durante la infancia entre los 7 y 10 años. La mayoría de los niños con este síndrome también tienen otros problemas médicos, como trastorno de hiperactividad y déficit de atención, trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno de control de impulsos o depresión.
El síntoma inicial más común es un tic facial, al cual pueden seguir otros. Un tic es un movimiento o sonido repetitivo, rápido y súbito.
Los síntomas del síndrome de Tourette pueden fluctuar desde movimientos menores y diminutos(como gruñidos, aspiración de aire por la nariz o tos) hasta movimientos y sonidos constantes que no se pueden controlar.
Los diferentes tipos de tics pueden abarcar:
Empujar con los brazos, parpadeo de los ojos, saltar, patear, aclaración de la garganta o aspiración de aire por la nariz en forma repetitiva, encoger los hombres.
Los tics se pueden presentar muchas veces durante el día, pero tienden a mejorar o empeorar en diferentes momentos, y pueden cambiar con el tiempo. Los síntomas generalmente empeoran a mediados de la adolescencia.
Contrario a la creencia popular, sólo en un pequeño número de pacientes usan palabras vulgaras y otras frases o palabras inapropiadas. Muchas personas con el síndrome de Tourette pueden dejar de hacer el tic por períodos de tiempo; sin embargo descubren que éste es más intenso durante unos cuantos minutos después de que lo dejan comenzar de nuevo. A menudo el tic dismunuye o desaparece con el sueño.
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