Los síntomas del denominado síndrome del niño burbuja aparecen en los primeros meses de vida, en torno al sexto mes, cuando los anticuerpos que le ha transmitido la madre durante el período de gestación ya se han agotado, lo que les deja totalmente expuestos a padecer diferentes tipos de infecciones víricas o bacterianas(infecciones respiratorias, cutáneas o gastrointestinales que pueden ir desde neumonía a meningitis o infecciones en el torrente sanguíneo).
Algunos niños que padecen esta enfermedad comenzarán a tener problemas desde muy temprano en su vida otros más tarde. Los síntomas tempranos de la enfermedad de células falciformes pueden incluir:
- Una hinchazón dolorosa de las manos y los pies
- Cansancio y malestar causado por la anemia
- Un color amarillento en la piel y en la parte blanca de los ojos
El diagnóstico y la aplicación del tratamiento adecuado lo más rápido posible es esencial para evitar que la enfermedad genere complicaciones a lo largo del primer año de vida del niño.
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