Teniendo en cuenta los síntomas y reacciones que provoca este síndrome los niños deben ser preparados ante los cambios en su rutina, hay que aplicar las reglas con mucho cuidado y flexibilidad y centrar su educación en las áreas de aprendizaje que les interesen. En el ámbito educativo son aceptadas las recompensas, herramientas visuales y se recomienda evitar las confrontaciones.
A parte de estas reglas básicas existe un conjunto de terapias en las que se abordan los tres síntomas principales:
- Escasas habilidades de comunicación
- Rutinas obsesivas o repetitivas
- Torpeza física
Una técnica novedosa es el uso de la realidad virtual para entrenar a los niños en habilidades sociales y que vayan aprendiendo a expresar sus emociones de manera progresiva.
Además pueden emplearse medicamentos para las patologías coexistentes como depresión o ansiedad.
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